LAS PENSIONES ESPAÑOLAS

LA GRIPE ESPAÑOLA VS EL CORONAVIRUS

 

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Durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, ocurrió una de las pandemias más grave de la historia (1918-1919). Esta fue la gripe española, causada por un brote del virus de la gripe tipo A. Se propagaba bastante rápido  a través de las pequeñas gotas que salían de la nariz o de la boca cuando una persona enferma de gripe tosía o estornuda sin taparse la nariz y la boca con un pañuelo, haciendo que las pequeñas gotas y los gérmenes que contienen, se propagaran a  las personas que estaban cerca y las respiran. Los principales síntomas eran fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales. A diferencia de otras epidemias (como la del Coronavirus que se ceba especialmente en los ancianos), las víctimas no fueron solo niños y ancianos, sino también jóvenes y adultos con buena salud, especialmente  entre 20 y 40 años  (Se cree que es porque no estuvieron expuesto a la Gripe Rusa de 1889-1890 Es bastante complicado calcular la cifra exacta ya que en sólo 18 meses infectó a un tercio de la población mundial, la mayoría de ellos por una neumonía.

A pesar de su nombre, todavía no se tiene muy claro donde se originó. Algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917, pero la mayoría de los estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort Riley (EE.UU) el 4 de marzo de 1918. Tras registrarse los primeros casos en Europa, la gripe desgraciadamente llegó a España. El hecho de que fuese un país neutral en la guerra hizo que la prensa española, a diferencia de otros países que aplicaron la censura de guerra, informase abiertamente sobre la enfermedad y sus consecuencias. Debido a esto  el nombre del virus quedó asociado para siempre con nuestro país. Además fue  uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.

La epidemia se expandió simultánea y rápidamente en tres olas:

La primera tuvo lugar en la primavera de 1918: El primer caso como ya he dicho antes, fue  detectado en  EEUU. Las infecciones se fueron extendiendo  en Europa  cuando las fuerzas estadounidenses llegaron .En España se detectó alrededor de la tercera semana de mayo. Los investigadores piensan, que uno de los lugares claves para la expansión de la gripe fue Madrid, ya que en esas fechas celebraba las fiestas de San Isidro. Los contactos sociales durante las festividades multiplicaron los contagios, que llegaron a afectar al rey Alfonso XIII.  Ante esta situación el Gobierno aplicó entonces unas duras medidas de confinamiento para intentar frenar la expansión.

La segunda fase de la gripe española tuvo lugar en el otoño de 1918, tras un verano relativamente tranquilo, la epidemia reapareció de forma muy virulenta.  En España hay varias teorías de cómo se expandió. Se cree que pudo ser por el regreso a su hogares en verano de los soldados que realizaban el servicio militar tras el fin de la guerra ( igual que pasó con la peste negra), o también que se tratase de una mutación del virus. En esta ocasión, la mortalidad se disparó.

La gripe española volvería a golpear en los primeros meses de 1919 aunque esta vez su letalidad fue, en términos generales, menor que en la anterior fase de contagio. Una de las sospechas de los científicos es que la población ya había desarrollado la inmunidad suficiente para que la influencia del virus fuese menor. En países como Japón, por ejemplo, la incidencia de la gripe se extendería hasta 1920. Cuando se terminó la incidencia de la enfermedad, en España ya habían muerto ocho millones de personas.

La última ola se desarrolló durante 1919 y aunque esta vez su letalidad fue menos  que en la ola anterior. Una de las sospechas de los científicos es que la población ya había desarrollado la inmunidad suficiente para que la influencia del virus fuese menor. 

Finalmente en 1920, tras dos años bastante duros, el virus desapareció tal y como había llegado.  A pesar de la falta de datos macroeconómicos que impiden hacer un análisis global del impacto de la epidemia en la economía, se sabe que esta sufrió bastante  y debió enfrentarse a las consecuencias del virus. Por una parte, las exportaciones disminuyeron muchísimo (era imprescindible evitarlas para poder reducir el contagio). Las compañías de seguro  se aurrinaron por la muerte masiva de adultos jóvenes. Por otra parte, las localidades y países tuvieron que conceder créditos especiales para poder sufragar todos los gastos, derivados no solo de la asistencia médica y social de los afectados, sino de la implantación y cumplimiento de las distintas medidas que se llevaron a cabo para acabar con la propagación de la enfermedad (la cuarentena, el aislamiento de los contagiados, el cierre de los lugares públicos; la desinfección de los individuos, las calles y los locales, el uso de las mascarillas, vacunas, etc).



 

 

 

     

Mascarillas que usaban para no contagiarse

El estudio del modo en que se propagó la pandemia de 1918 hace que nos demos cuenta de que no solo es necesario actuar con trasparencia, sino también  la importancia de las medidas con todos los medios que tienen a su alcance limiten la difusión de la enfermedad (el cierre de escuelas, cuarentenas, horarios de salida). Esto lo podemos ver claramente con las medidas menos estrictas que se aplicaron en verano y las que hay ahora que son más estrictas. 


 

La pandemia de gripe de 1918 no fue la primera ni la última (aunque si la más letal), sino que por el contrario  son algo bastante habitual en la historia (1957-1958 y 1968-1969) . También tenemos epidemias de distinto origen ( SIDA, Ebola, SARS)  o el Coronavirus actual.

A pesar de los continuos  avisos que nos llegaban primero de China y  después de Italia después, no nos hemos tomado suficientemente en serio la gravedad de la situación.

 Es verdad que por suerte actualmente contamos con muchísimos avances médicos, tecnológico, pero aun así el riesgo es evidente y por eso debemos entre todos de luchar para poder acabar por fin con esta pandemia que está causando tantas muertes y consecuencias negativas en la economía.

Por último, cuando se pase esta pandemia, es imprescindible que aprendamos de nuestros errores y nos preparemos para la siguiente invirtiendo en salud y responsabilidad pública.


 

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