LAS PENSIONES ESPAÑOLAS

DE NO SER RECONOCIDO COMO PAÍS A TENER UNO DE LOS MAYORES PIB PER CÁPITA. ÚLTIMOS 100 AÑOS DE LA HISTORIA DE ISLANDIA

Nos situamos en 1918, año en el que Islandia consiguió el reconocimiento de estado perteneciente a la soberanía danesa. Es decir, Islandia era reconocido como país propio a la vez que mantenía una unión con Dinamarca que  hacía que llevarán a cabo medidas conjuntamente con un mismo soberano para los dos países ; el rey de Dinamarca Cristián X.

A raíz de la II Guerra Mundial, Islandia cambiaría drásticamente su futuro. A partir de que Alemania invadiera Dinamarca, Islandia tuvo que tomar las decisiones como país principal de la alianza. Aún así también sufriría un duro revés, ya que las tropas británicas invadieron Islandia poco después de la invasión Nazi.

Finalmente, cuando el final del conflicto se acercaba, el Acta de Unión que mantenía a Dinamarca y a Islandia bajo una misma soberanía se caducó. Por tanto, se realizó un referéndum en el que se consiguió la independencia de Islandia como estado independiente bajo una República. 




La I República presidida por Sveinn Björnsson tuvo un rápido crecimiento industrial durante los años de postguerra con la ayuda concedida por el Plan Marshall. A la vez, EEUU mantenía una fuerte influencia en los años de la Guerra Fría, con apoyo bélico para la defensa de Islandia.

El primer contratiempo durante esta etapa fue el de “La guerras del Bacalao”. Tuvo lugar en 1958, cuando Islandia amplió sus límites jurisdiccionales para las millas náuticas. Esto causó molestia para el Reino Unido, que hasta ese momento había tenido prácticamente todo el dominio de la zona. 

Finalmente el conflicto se resolvió sin demasiados precedentes pero fue la primera vez que Islandia y Reino Unido se enfrentarían por el dominio de las aguas. “Las Guerras del Bacalao” tuvieron lugar también en 1972 y 1974 pero nunca fue un conflicto de demasiada trascendencia ya que Reino Unido aceptó las condiciones que propuso Islandia. 


I Guerra del Bacalao (1958)


En las siguientes décadas, Islandia pasó a desarrollar un crecimiento económico progresivo. En un primer momento, se instaló un modelo escandinavo social, en el que se priorizaba el bienestar social y la igualdad. Aún así, la economía no consiguió su empuje definitivo hasta la entrada en el Espacio Económico Europeo en el que se liberalizó todo el sistema e Islandia obtendría grandes prestaciones.

De hecho, pasó de una economía puramente pesquera a una economía financiera e industrial.


Probablemente el golpe más duro durante estos últimos años fue la crisis financiera de 2008, que afectó gravemente al país. La deuda que arrastraba el país llevó a que el déficit se multiplicará por cuatro (del 5% en 2003 al 20% en 2006), lo que hizo que la moneda se devaluara y el mercado de valores se viniese abajo. Las consecuencias inmediatas fueron escandalosas; tres bancos principales del país colapsaron. 

En 2008 definitivamente fue el peor momento. La deuda privada bancaria era sumamente grande, lo que hizo que se financiarán a través de ingresos públicos. El malestar en la sociedad era evidente y se organizaron protestas lo que llevó a la dimisión del gobierno. A eso se le añade que fue necesario un préstamos del FMI para sufragar las deudas. En relación a la dimensión y escala del país, la crisis de 2008 fue una de las mayores de toda la historia. La nacionalización de la banca y el rescate fueron duras medidas que tuvo que sufragar el gobierno islandés. Así mismo, este problema también salpicó a otros participantes en cuestión. Muchos inversores británicos tenían cuentas abiertas en los bancos colapsados de Islandia, por lo que era más que probable que también tuvieran graves consecuencias. Y así fue, a los británicos incluso no se les garantizó la devolución de su dinero, lo que hizo que se iniciara un conflicto diplomático denominado “Icesave”, en el los fondos de los británicos (y también en menor medida holandeses) fueron congelados en Islandia. 

Finalmente la situación mejoró, Islandia pudo pagar las deudas sin emplear demasiados fondos públicos y negoció con el Reino Unido y Holanda para devolver la parte correspondiente. 


La alianza con la Unión Europea y su posterior crecimiento a partir de 2011 han hecho a Islandia un país rico. Con uno de los mayores PIB per cápita, mantiene un nivel bajo de desempleo a la vez que los sectores industriales y pesqueros componen un 30% del PIB en total, por lo que su gran prosperidad proviene de esos dos factores. 

Su economía mixta (intervencionismo y librecambismo) dan frutos e Islandia se ha convertido en uno de los estados con mayor nivel de bienestar (La Fórmula exitosa de Islandia)




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