LA EXPO DEL 92

La Exposición Universal de Sevilla 1992, conocida popularmente como la "Expo´92’’ surge en los primeros años de una joven democracia, cuyo objetivo era romper con el pasado y mostrar al mundo una imagen de un país renovado, moderno y que no tiene miedo de mirar al futuro. Esta Tuvo una duración de seis meses, comenzando el 20 de abril  y finalizando el  12 de octubre y  ha sido uno de los acontecimientos más grandes de la historia de Sevilla que  trajo consigo  una importante repercusión económica en Andalucía. 

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Todo empezó  cuando el Rey Juan Carlos I anunció en 1976 en su visita a la República Dominicana la intención española de organizar  una Exposición Universal para el quinto centenario del descubrimiento de América. Pero en 1981 Chicago ya había lanzado su solicitud ante el BIE (Bureau International des Expositions) de realizar una Exposición Universal con el mismo fin.  Debido a esto  en 1982 Sevilla y Chicago firman  un acuerdo para llevar a cabo una exposición universal con dos sedes simultáneas, sin embargo, en 1985 Chicago comunica ante el BIE graves problemas organizativos respecto a su sede, decidiéndose  así en 1987 que Sevilla fuera sede única de la Exposición Universal de 1992.

Una de las cosas que debemos de  tener en cuenta , es que albergar una Exposición Universal es un reto importante, sobre todo en las condiciones en las que lo hizo España, ya que decidió realizar dicha exposición en una de las ciudades más retrasadas del país en cuanto a  infraestructuras y a  estructura urbana, y con una  industria bastante pobre.  De esta manera, el desafío no fue solo celebrar “la Era de los Descubrimientos”, sino poner a Sevilla en el lugar que se merecía y, por tanto, al resto de Andalucía. Esto provocó que  su perfil cambiase, ya que pasó de  ser una ciudad de turismo vinculado a la Feria de Abril y Semana Santa, a dar a conocer su cultura e historia.

Gracias a la Expo España pudo proyectar la imagen de un país moderno en todos los aspectos y, por segunda vez, se renovaron las diversas infraestructuras de Sevilla, permitiendo reformar las atracciones turísticas de la ciudad a pesar del momento de crisis económica y social por el que atravesaba España, ya que esta exposición   se celebró en medio de una “crisis encubierta”.  Los gastos por el V Centenario del Descubrimiento de América actuaron como una especie de`` tapón” que contuvo un tiempo  el retroceso económico, sin embargo este terminó estallando. Sevilla experimentó una gran transformación a principios de esa década, pero la crisis impidió que “la euforia” que existía previamente se materializara al final en un escenario favorable para las inversiones y la instalación de empresas.

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También es muy importante destacar como fue un de las exposiciones más visitadas a nivel mundial (véase Paseo por las ruinas de la Expo 92 ).  Las 42 millones de visitas que recibió aportaron a la ciudad de Sevilla un transporte, por aquel entonces, futurista: El AVE. Con una inversión de más de medio billón de pesetas, Sevilla ofrecía un viaje rápido y directo desde la capital de España (se construyó la autovía A-92).

La ciudad mejoró muchísimo gracias a una mejor red de infraestructuras ,ya que en menos de cinco años, se construyeron 75 kilómetros de nuevo vial de rondas periféricas, se reestructuró totalmente la red ferroviaria con una nueva y moderna estación, se multiplicó por cuatro la capacidad del aeropuerto, se reformó el trazo del río devolviendo a la ciudad siete kilómetros de orilla fluvial urbanizada, se levantaron siete nuevos puentes  ( como el del V  Centenario)sobre el río Guadalquivir y se reconstruyó el puerto. Asimismo, el desarrollo de la circunvalación de la ciudad ha permitido incorporar a la capital territorios de las afueras, desarrollándose de forma espectacular zonas como la del Aljarafe o la de Sevilla Este . De esta forma se acabó con el aislamiento y la marginación a la que estaban condenados muchos barrios.

También  se llevaron a cabo importantes inversiones en telecomunicaciones, lo que supuso una mayor capacidad para afrontar la modernización productiva (constituye una pieza fundamental en el proceso de incorporación tecnológica a la estructura productiva andaluza), y se creó  un parque tecnológico, que se conoce actualmente con el nombre de Cartuja’93  en el cual se pondrían los numerosos pabellones que representarían las costumbres, tradiciones y comidas de cada país participante.

Gracias a la Expo de Sevilla la tasa de desempleo se  redujo levemente, pero no consiguió  cambiar el paro estructural que tenía  la comunidad autónoma. En el gran evento el número de empleados era de 150.000 y se alcanzaron unos beneficios  de 300.000 millones de pesetas (1.803.036 euros) para Sevilla.

Sin embargo, el fin de las celebraciones del 92 ( la expo coincidió con la preparación de los juegos olímpicos en Barcelona)  no solo dejó las cuentas públicas con un alto nivel de deudas, sino que hirió de gravedad al mercado laboral. Andalucía terminó ese año con 795.000 desempleados y una tasa de paro del 30,7%, frente al 26,6% del ejercicio anterior.

En conclusión, La crisis mundial de los 90 no permitió relucir todos los efectos positivos que la expo había provocado, pero  la fuerte inversión pública para preparar los eventos de 1992 retrasó los efectos de la crisis económica y financiera internacional desatasa a principios de esa década.

                                                                             Curro, mascota de la Expo'92